El lobo no es el malo del cuento

[vc_row][vc_column][social_buttons style=””][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text text_larger=”no”]Frases como “para verte mejor” o “soplaré y soplaré hasta que tu casa derribaré”, han estigmatizado un animal fantástico cubriéndolo de un halo de maldad inmerecida, pero la verdad es otra, los lobos de yellowstone, tras su reaparición, salvaron la vida de las demás especies, el Lobo no es el malo del cuento.

Probablemente la satanización de los lobos proviene de la concepción medieval de la iglesia Católica que hizo referencia  directa con la maleficencia, el engaño, la voracidad y la violencia cunando lo asociaron a cultos relacionados con el diablo.

Sin embargo, este, como muchos conceptos preconcebidos, arrojan una realidad alterada. Siempre que partimos de premisas falsas, llegamos a conclusiones equivocadas, en el caso de los lobos, eventos catastróficos como en Yellowstone, uno de los parques nacionales más importantes de Norteamérica.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”914″ img_size=”large” add_caption=”yes” alignment=”center” parallax_scroll=”no”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text text_larger=”no”]Hacia el siglo XIX, los rancheros de esa zona del país, preocupados por los ataques a su ganado por parte de estos cánidos, decidieron exterminarlos. La última manada fue cazada hacia 1926 y algunos ejemplares fueron vistos hasta 1930 vagando solos.

De ahí en adelante llegó la catástrofe para Yellowstone y muchas de las especies que comparten ese frágil ecosistema.

“Las especies son como ladrillos en la construcción de un edificio. Podemos perder una o dos docenas de ladrillos sin que la casa se tambalee. Pero si desaparece el 20% de las especies, la estructura entera se desestabiliza y se derrumba. Así funciona un ecosistema”, afirmó en su momento el ecólogo Donald Falk, de la Universidad de Arizona.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”926″ img_size=”full” add_caption=”yes” alignment=”center” parallax_scroll=”no”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text text_larger=”no”]Eso dejaría pensar que al suprimir una sola especie de esta área, no sería tan grave, sin embargo, hay algunas especies, como el lobo, que con su sola presencia garantizan la permanencia y subsistencia de muchas otras e incluso que de su salud poblacional, depende el curso de los ríos.

Cuando el depredador por excelencia, el amo de Yellowstone, desapareció de la escena, hubo algunos animales que hicieron fiesta, pero esa frenética celebración se salió pronto de control y ya no hubo quién pusiera orden.

Las poblaciones de venados y ciervos comenzaron a incrementarse de una forma vertiginosa, empezaron a consumir inmensas cantidades de biomasa provocando manchas de suelo desnudas que fueron creciendo y multiplicándose por todo el paisaje.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”927″ img_size=”full” add_caption=”yes” alignment=”center” parallax_scroll=”no”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text text_larger=”no”]Las áreas de las orillas de los ríos sufrieron demasiado y los jugosos pastos de las riveras desaparecieron junto con los árboles jóvenes que crecían allí, debilitando suficientemente el ecosistema como para que muchas especies de aves abandonaran el barco y se vieran obligadas a migrar o a desaparecer.

Por supuesto uno de los que más sufrió con este drástico cambio fueron los castores que vieron rápidamente desaparecer hasta el último de los sauces y chopos jóvenes en las orillas de los ríos y cuando ya no hubo más árboles para comer y para talar y construir sus represas, las poblaciones de los roedores más grandes de Norteamérica fueron desapareciendo rápidamente.

Las orillas de los ríos vacías de vegetación dejaron los suelos desnudos y en las épocas de lluvia, la erosión arrasaba, año tras año con más nutrientes para el suelo y enviaba sedimentos en inmensas cantidades a los cauces de los ríos que empezaron a cambiar su forma y su velocidad, especialmente en las planicies.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”928″ img_size=”full” add_caption=”yes” alignment=”center” parallax_scroll=”no”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text text_larger=”no”]Hasta que por fin en la década de los años 90, las autoridades políticas del país, atendieron las consideraciones de los científicos que tenían plenamente identificado el problema. Al suprimir una especie clave como el lobo, el descontrol haría que este ecosistema ya no fuese funcional, que ya no existiera el flujo de materia y energía perfectamente balanceado como sólo la naturaleza sabe hacerlo.

En 1995 tomaron la decisión de “importar” lobos desde Canadá en donde las poblaciones de estos cánidos eran estables y los ecosistemas gozaban de buena salud. Los beneficios no se hicieron esperar.

Los científicos llamaron “cascada trófica” a lo que sucedió a los pocos años y que sigue sucediendo en la actualidad, aunque sería más apropiado llamarlo “avalancha trófica”, pues la recuperación de Yellowstone, gracias a la explosión de vida, es algo digno de admirar.

Los lobos hicieron lo que cualquiera de nosotros haría si tuviera hambre, simplemente se dedicaron a comer. A cazar presas fáciles como los venados y los ciervos malacostumbrados a permanecer durante décadas sin tener que preocuparse por depredador alguno. Automáticamente las poblaciones de estos grandes herbívoros decreció y con ello, la estabilidad del ecosistema fue retornando lentamente.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=”929″ img_size=”full” add_caption=”yes” alignment=”center” parallax_scroll=”no”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text text_larger=”no”]Los árboles jóvenes volvieron a aparecer con oportunidades de hacerse grandes y fuertes, ya que nadie se los comía estando pequeños. Pero no es tan sencillo como reemplazar una especie por otra, la solución nunca consistió en introducir lobos que exterminaran los venados, no es tan simple, en el perfecto equilibrio de la naturaleza, son tan necesarios los venados y ciervos, como los lobos.

La llegada de los lobos obligó a los herbívoros a asumir un cambio en sus hábitos de comportamiento relegándolos a áreas con más cobertura boscosa evitando las riveras de los ríos y sólo accediendo a ellas para saciar su sed e inmediatamente retroceder sin permanecer paciendo por esas delicadas porciones de tierra en recuperación.

Los ríos se empezaron a recuperar, ya no recibían tantos sedimentos, los sauces y chopos retornaron y con ellos los castores que inmediatamente empezaron a reconstruir sus presas, lo que disminuyó la velocidad del agua permitiendo a muchas especies de anfibios, reptiles y peces, retornar con confianza a los nuevos pozos naturales que se iban rehaciendo.[/vc_column_text][vc_empty_space woodmart_hide_large=”0″ woodmart_hide_medium=”0″ woodmart_hide_small=”0″ woodmart_hide_extra_small=”0″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_video link=”https://www.youtube.com/watch?v=5e4lsEe4Vew&ab_channel=ExploreLiveNatureCams” el_width=”80″ align=”center” image_poster_switch=”no”][vc_custom_heading text=”Si tienes suerte y algo de paciencia, podrás ver los lobos en las cámaras en vivo 24 horas del International Wolf Center de Ely, Minessota” font_container=”tag:h5|text_align:center|color:%230c0303″ google_fonts=”font_family:Special%20Elite%3Aregular|font_style:400%20regular%3A400%3Anormal” css=”.vc_custom_1599523489396{margin-right: 150px !important;margin-left: 150px !important;}” link=”|||”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text text_larger=”no”]Este es uno de los ejemplos mundiales más tangibles y fácilmente comprensibles sobre lo que ocurre cuando debilitamos un ecosistema sustrayendo o exterminando una especie de él. La parte triste de la historia es que, increíblemente, en Canadá, de donde se extrajeron los lobos que se reintrodujeron a Yellowstone, están permitiendo el exterminio de los Lobos de Algonquin o Lobos del Este (Canis sp. cf. Lycaon), pero esa es otra historia que pronto escribiré para Natural Press.

Aves, reptiles, anfibios, peces, mamíferos e incluso insectos pueden coexistir de una manera armónica y dentro de un equilibrado ecosistema gracias a que el lobo no es el malo del cuento.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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