Sistema de vandalismo masivo

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El lunes 24 de mayo de 2021 se realizó en el Congreso de la República de Colombia el debate de moción de censura contra el ministro de Defensa, Diego Molano, quien cuando fue concejal de Bogotá, dos años antes, hizo una curiosa propuesta que no fue acogida: El Protestódromo, un lugar donde la gente podría ir a atacar dummies o representaciones de los buses de Transmilenio, con el beneplácito de las autoridades, para desfogar la violencia de las calles y proteger el sistema de transporte masivo de la ciudad. Sistema de vandalismo masivo.

La madrugada de ese día fue particularmente activa en el sector de San Mateo, en Soacha, Cundinamarca, municipio que colinda con Bogotá y comparte con esta el BRT (Bus Rapid Transit).

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A las 3:30 a. m., según informó City TV, que obtuvo y publicó varios videos de todo lo ocurrido, un grupo no muy grande de personas detuvo uno de los emblemáticos buses de color rojo de Transmilenio, en su carril exclusivo, lo desvalijó, le pinchó las llantas, le rompió todos los vidrios y finalmente, luego de 45 minutos de destrozos, lo incendió, sin que hubiera ninguna reacción por parte de las autoridades. ¿Qué pasaría? ¿Nadie les avisó? ¿No tenían personal disponible para atender la situación? ¿No hubo inteligencia? ¿Estaban ocupadas en otra parte o colapsadas por los eventos anteriores? Vaya coincidencia, que el mismo día que el ministro de Defensa fue emplazado en el Senado, su idea, El Protestódromo, cobró vida por unos cuantos minutos, aunque lamentablemente no con un bus de mentiras sino con un vehículo real y muy costoso, en una vía troncal que moviliza a diario a decenas de miles de personas.

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Hasta ese momento en Bogotá, en los eventos caóticos paralelos a las protestas de 2021 en Colombia, nunca se había incinerado uno de estos buses articulados, que son de propiedad privada, acto que tampoco se repitió después, al menos hasta el mes de julio en el que se escribió este artículo.

Cuatro días después, el 28 de mayo de 2021, otro grupo más numeroso de personas retuvo en la capital otro bus articulado a pleno día. Este se paseó por algunos kilómetros sonando la bocina, agitando banderas y vitoreando su hazaña, pero finalmente lo entregó al parecer sin hacerle mayor daño, gracias a la intervención de gestores de diálogo y convivencia de la Alcaldía.

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Volviendo a ese lunes de mayo de 2021, el mismo noticiero mostró con más videos y entrevistas que desde la noche anterior se había instalado un retén en los carriles no exclusivos de la Autopista Sur, en el mismo sector de San Mateo, al que no se animaban a llegar los vehículos particulares, excepto las ambulancias, que por su trabajo se veían obligadas. Estas eran requisadas por las personas que habían montado el retén y luego las obligaban a devolverse, sin permitir que cumplieran su cometido. Pese a la duración de la actividad, parece que ni la Policía ni el ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios) hicieron presencia en la zona.

A las 6:09 a. m. el medio de comunicación mostraba a los bomberos terminando de apagar el bus totalmente calcinado y a una grúa que llegaba al lugar para retirar sus restos todavía humeantes, que bloqueaban el carril exclusivo. La movilidad del sector en el comienzo de la semana se encontraba muy afectada y el BRT no podía operar en esa troncal, como tampoco 54 estaciones del sistema en otros lugares de las dos ciudades, porque habían sido vandalizadas.

Según un informe de otro medio de comunicación, del 10 de junio de 2021, para esa fecha en Bogotá se habían dañado en algún grado 1.458 buses y destruido por fuego 6 buses zonales y el ya mencionado bus troncal. Se reportaron 48 estaciones inoperantes y se anunciaron gastos en reparaciones, que tomarían de 3 a 6 meses, por 20 mil millones de pesos.

El 27 de junio de 2021, Ernesto Cortés, en su columna «Voy y vuelvo», atribuía a los ciudadanos las siguientes preguntas: «¿Por qué se está permitiendo esto? ¿Por qué la Policía no actúa? ¿Hay una orden para que no lo haga? […]». Según Cortés, editor general de El Tiempo, un alto funcionario le dijo que el gobierno le había pedido «al Esmad que se contenga o que solo actúe cuando las cosas se salgan de madre para evitar un escalonamiento [sic] de las acciones y una tragedia como la vivida en otras ciudades». ¿Fue eso lo que sucedió en Soacha el 24 de mayo de 2021?, ¿por eso las autoridades no se presentaron? ¿Es eso lo que ha pasado con buses, portales y estaciones en Bogotá y Soacha hasta acumular perjuicios contra el patrimonio público y privado por tantos miles de millones de pesos? Hay que reconocer que debe ser difícil cuidar tantos elementos en las condiciones actuales.

Sin embargo, muchos ciudadanos cuestionan el papel de la Policía en la defensa del sistema de transporte masivo de las dos ciudades, especialmente por el derroche de poderío de dicha institución cuando concurre con las protestas. Darío Hidalgo, primer subgerente de la citada empresa pública de transporte y permanente analista del sistema, escribió sobre este el 15 de junio del mismo año en Twitter: «Y no recibe el cuidado desde lo público (muy poca o nula protección de estaciones por la fuerza pública)».

Germán Castro Caycedo nos reveló en El palacio sin máscara que algunas autoridades eran conscientes de lo que iba a suceder en el Palacio de Justicia, en 1985, y lo permitieron porque era el escenario que preferían. ¿Qué nos develará el paso del tiempo sobre el vandalismo contra Transmilenio? Sistema de vandalismo masivo.

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