El Ministerio de Economía y Finanzas del Reino Unido lanzó una propuesta económica enfocada en la biodiversidad y el uso de los recursos naturales como reserva, de ahí la importancia de su restauración para la prestación de servicios ecosistémicos. ¿Qué es la Economía de la Biodiversidad?
Dirigida por el profesor Sir Partha Dasgupta, economistas indio de nacionalidad Británica de la Universidad de Cambridge. El Informe Dasgupta sobre la economía de la biodiversidad podría ayudar a desencadenar un replanteamiento importante hacia un nuevo modelo económico mundial, necesario frente a la situación global por pérdida de biodiversidad, cambio climático, deforestación y escasez de agua, fenómenos que están afectando las economías mundiales.
La tesis sobre economía y biodiversidad está centrada en tres grandes argumentos, el primero asegura que la Naturaleza es un activo, de la misma manera que el capital producido (carreteras, edificios y fábricas) y el capital humano (salud, conocimientos y habilidades) son activos. Sin embargo, al igual que la educación y la salud, la Naturaleza es algo más que un bien económico.
El Planteamiento concreto
La biodiversidad permite que la Naturaleza sea productiva, resiliente y adaptable. De la misma manera que la diversidad dentro de una cartera de activos financieros reduce el riesgo y la incertidumbre, la diversidad dentro de una cartera de activos naturales también aumenta la resiliencia de la naturaleza ante choques, lo que reduce los riesgos para los servicios de la Naturaleza. Lo anterior se resume en una frase según el Profesor en economía, “Si se reduce la biodiversidad, la Naturaleza y la humanidad sufrirán”.
Un segundo argumento se trata fundamentalmente de un problema de oferta y demanda. El informe afirma que a nivel colectivo no se ha conseguido gestionar de manera sostenible la cartera global de activos. Las estimaciones muestran que, entre 1992 y 2014, el capital producido per cápita se duplicó y el capital humano per cápita aumentó alrededor del 13% a nivel mundial, sin embargo, las existencias de capital natural per cápita disminuyeron en casi un 40%.
“Se ha llegado a considerar que el crecimiento económico y el desarrollo consisten en acumular capital producido y humano a expensas del capital natural. En otras palabras, a pesar de que la humanidad ha progresado inmensamente en las últimas décadas, la manera que hemos empleado para alcanzar tal prosperidad ha tenido un costo devastador para la Naturaleza”.
Teniendo en cuenta lo anterior existe un desequilibrio entre nuestras demandas y el suministro de la naturaleza lo llamamos, “Desigualdad en el impacto”.
“Para mantener nuestros activos naturales y evitar la degradación neta, nuestras demandas deben ser iguales o inferiores a la capacidad de la naturaleza para regenerarse y suministrarnos los bienes y servicios de los que dependemos”, afirma Dasgupta. No se trata de usarlo todo sin prever lo que le quedará a las próximas generaciones, se trata de hacer un uso sostenible y equitativo para todos los habitante del planeta.
“Por último, debemos reconocer que nuestras economías están integradas en la naturaleza”, resalta el autor. A pesar que la mayoría de los modelos de crecimiento y desarrollo económico reconocen que la naturaleza sólo es capaz de producir un flujo limitado de bienes y servicios, el enfoque hasta ahora ha sido que, en principio, el progreso tecnológico puede superar el hecho de que estos lleguen a agotarse.
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El Informe desarrolla la economía de la biodiversidad sobre la idea de que el ser humano y su economía está incrustada en la naturaleza y no fuera de ellas.
“El enfoque del Informe se basa firmemente los conocimientos que se tienen sobre ecología y el funcionamiento de los ecosistemas y cómo se ven afectados por la actividad económica, Eso incluye la extracción de recursos naturales para la producción y consumo y los desechos que producimos a través de estas actividades que básicamente dañan los ecosistemas y debilita su capacidad para prestar los servicios de los que dependemos”.
Este enfoque nos ayuda a comprender que la economía humana es limitada y remodela nuestra visión sobre lo que constituye realmente un crecimiento económico y un desarrollo sostenibles: contabilizar plenamente la repercusión de nuestras interacciones con la Naturaleza y restablecer el equilibrio entre nuestra demanda y la capacidad de suministro de la Naturaleza son algunos de los análisis de Dasgupta.
¿Qué aportará el informe?
Sandy Sheard, subdirectora y jefe del equipo del informe en el Tesoro del Reino Unido en conversación con el Banco Interamericano de Desarrollo, afirmó que el informe establecerá un marco integral para comprender la economía de la biodiversidad y señalará las acciones necesarias para garantizar que usemos la naturaleza de manera más sostenible.
La funcionaria afirma que resulta preocupante que muchos estudios recientes muestran la relación destructiva de la humanidad con la naturaleza. Por tal razón el modelo de economía de la biodiversidad pretende llegar a gobiernos, en particular a los ministerios de economía y finanzas. “Nuestro enfoque también se extiende hacia los tomadores de decisiones económicas y financieras, quienes pueden acelerar la acción. Las empresas y el financiamiento privado se están dando cuenta del enorme riesgo financiero que representa la rápida pérdida de biodiversidad, y ahora vemos que más organizaciones buscan involucrarse”.
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El sector financiero, incluyendo a los bancos multilaterales de desarrollo, tiene un papel muy importante que desempeñar y esperamos que el Informe pueda ayudar a guiar su transición hacia un compromiso sostenible con la naturaleza.
Dónde está la clave
El Informe demuestra que para evaluar si el desarrollo económico es sostenible se necesita una medida de la riqueza inclusiva. Al medir nuestra riqueza en función de todos los activos, incluidos los naturales, la “riqueza inclusiva” proporciona una medida clara y coherente que se corresponde directamente con el bienestar de las generaciones actuales y futuras.
Este enfoque tiene en cuenta los beneficios derivados de la inversión en activos naturales y arroja luz sobre las compensaciones recíprocas y las interacciones entre las inversiones en diferentes activos. La introducción del capital natural en los sistemas de contabilidad nacionales sería un paso crucial para hacer de la riqueza inclusiva nuestra medida de progreso.
Los marcos para la contabilidad y la evaluación del capital natural existen y se encuentran en diferentes etapas de desarrollo y, a pesar de que aún haya grandes problemas de diseño y medición, esto no debe disuadir a los gobiernos y a las empresas de apoyarlos y adoptarlos.
Una mayor inversión en cuentas físicas y valoración mejoraría la calidad de las cuentas de capital natural. La normalización de los datos y los enfoques de modelización, así como el apoyo técnico, facilitarían la incorporación de la contabilidad del capital natural a las cuentas económicas nacionales y, sobre todo, el uso de la información para mejorar la toma de decisiones a escala en todo el mundo.
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