Captura de Carbono en Manglares de Cispatá: Carbono Azul

La zona de mangles mejor conservada de Colombia hoy es protagonista de un proyecto de captura de carbono innovador. Se trata del complejo de manglares del área protegida del Distrito Regional de Manejo Integrado de la Bahía de Cispata, la Balsa, Tinajones y Sectores Aledaños del Delta Estuarino del Río Sinú, situado en el Golfo de Morrosquillo en el caribe colombiano al norte del país. Captura de Carbono en Manglares de Cispatá: Carbono Azul.

Esta iniciativa local está liderada por la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y del San Jorge (CVS) y las comunidades locales. “Carbono azul – Vida Manglar, es un proyecto que busca certificar las acciones de reducción de emisiones de carbono en cerca de 7.645,7 hectáreas de bosques de manglar con un excelente estado de conservación y permitirá la reducción de 1.363.031 tCO2e – toneladas de emisiones de dióxido de carbono al planeta.

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El nuevo proyecto de captura de carbono que se viene gestando hace varios años con el apoyo de Invemar, Conservación Internacional y otras organizaciones, se encontró con una comunidad organizada que desde hace más de 20 años, ha  venido usando los recursos de forma sostenible, sacando  provecho del bosque de mangle con la particularidad de mirar siempre al futuro, permitiendo que el bosque mantenga un excelente estado de conservación, para seguirlo usando en el tiempo.

Comunidades protectoras del bosque

En el Distrito de Manejo Integrado de Cispata, las comunidades son un referente en el país y en el mundo, por hacer uso del bosque de mangle, extrayendo y comercializando con permiso de la autoridad ambiental los árboles maduros y gracias a ese trabajado de uso, darle paso a la geminación de  nuevas semillas en un proceso de regeneración natural  que al final contribuye a mantener los flujos naturales del mangle y permiten el mantenimiento de toda la vida en su interior.

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Si el agua del mangle fluye, los intercambios de energía y nutrientes se mantienen y los peces que nacen y se refugian entre esa sala cuna natural, permanecerán ahí hasta que les llegue el momento de salir al arrecife en donde serán usados por los pescadores de la zona. Esto permite que todo un ciclo natural se cumpla y se demuestre ese maravillosos trabajo entre mangleros y pescadores, con la naturaleza.

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El modelo de uso sostenible del mangle en Cispata, que ha permitido la conservación del bosque, está dando paso al proyecto de captura de carbono con el uso por primera vez en Colombia de una metodología desarrollada por CVS, permitiendo a los proyectos certificados convertir sus reducciones y remociones de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en créditos de carbono negociables. Y así cuantificar de una forma más adecuada el carbono almacenado en el ecosistema de manglar, incluyendo la biomasa aérea, las raíces y el sedimento, asegurando la integridad ambiental y la soberanía jurisdiccional a través de la metodología, (Methodology Framework <REDD+ MF> v1.6) que contribuirá a la conservación del bosque y generará un mayor beneficio para las comunidades protectoras del mangle.

El proyecto está en sus primeros pasos y en medio de conversaciones con las comunidades que ya obtienen beneficios del uso del bosque y tendría en los bonos de carbono una alternativa más de desarrollo comunitario.

Natural Press  habló con Ignacia de la Rosa Pérez, representante legal de la Asociación de Mangleros del municipio de San Antero, Córdoba, y líder del proceso de recuperación natural y económica de los manglares de la bahía de Cispata. La Asociación de mangleros está compuesta por siete colectivos de San Antero, uno de Lorica y cinco en San Bernardo, para un total de 800 familias beneficiadas por el uso sostenible del mangle y la conservación del bosque.

Según Ignacia,  la comunidad está siendo capacitada en el proceso y comprensión de lo que significa que un bosque produzca bonos de carbono que se convierten en beneficios para el mundo y las comunidades que viven alrededor del él y su conservación.

“Pero la conservación que hacemos, no es dejarlo quieto” afirma Ignacia, “nosotros hemos aprendido a manejar el bosque, a estudiarlo, para saber dónde se puede aprovechar para extraer el mangle y así generar recursos”.

El trabajo de las comunidades y la relación con los mangles se hecho a lo largo de la historia de los pueblos que viven bajo la sombra de los árboles de raíces intrincadas y sobreexpuestas, troncos resistentes y copas siembre verdes. “Nosotros nos hemos ido complementando con ese bosque y hemos aprendido a manejarlo de forma equitativa, así no se daña el bosque y las comunidades no sufren necesidades”, asegura Ignacia.

Pero el nuevo proyecto que promete una nueva alternativa para los mangleros aún no les presenta los beneficios que obtendrán. “Estamos en conversaciones con las instituciones, estamos restaurando gracias a quienes quieren compensar sus acciones contaminantes y mientras eso pasa, nosotros seguimos usando el bosque sobre los derechos que nos han otorgado para manejarlo juiciosamente como ha sido nuestra labor en estos últimos 20 años” afirma De la Rosa.

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Y aunque la comunidad no tiene claridad sobre los beneficios adicionales, lo que si tiene claro es el deseo de trabajar con la nueva iniciativa.

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Sobre el proyecto hay quienes manifiestan su preocupación sobre la perspectiva de conservación que las instituciones tienen con el nuevo proyecto y el deseo de mantener el bosque para vender bonos de carbono al mercado voluntario sin permitir a futuro el uso del bosque de forma sostenible por las comunidades; sin embargo, la CVS respondió que “las comunidades seguirán usando el mangle bajo los modelos de aprovechamiento sostenible que se han venido desarrollando en el DRMI y aseguran que el proyecto Carbono Azul, tiene en cuenta los cupos de aprovechamiento”. Por lo tanto las comunidades podrán usar el mangle bajo ese modelo de concertación.

En la actualidad el plan de manejo y el permiso a los mangleros está a punto de culminar después de 20 años y el nuevo reto para la autoridad ambiental y las comunidades es desarrollar nuevos estudios que permitan establecer el estado actual del bosque y cuánto más, podrán seguir aprovechando los bosques azules del Cispata, los nuevos protagonistas en la crisis climática mundial. Captura de Carbono en Manglares de Cispatá: Carbono Azul.

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